domingo, 2 de octubre de 2011

Siempre se pueden conseguir los sueños, mejor dicho, se deben conseguir, porque, de hecho, hemos venido a este mundo para alcanzarlos

Algo casi innato en los seres humanos son los sueños, pero no me refiero a los sueños nocturnos, aquellos que tenemos mientras dormimos, me refiero a los sueños que nos acompañan cuando estamos despiertos. 
Estos sueños son una de las maneras que tiene nuestro ser interior para guiarnos hacia la meta que nos propusimos alcanzar antes de venir a este mundo físico.  img cruscotto2
Nuestro problema más habitual es que cogemos estos sueños y los metemos en el cajón de las cosas imposibles, las cosas que solamente se pueden soñar. 
A partir de ahí, vivimos pensando que estos sueños permanecerán ahí hasta que llegará un día en que se disolverán y desaparecerán. 
Debemos reaccionar ya, hemos de saber que los sueños que tenemos mientras estamos despiertos (a veces se refuerzan con sueños nocturnos), forman parte de nuestro sistema de guía personal junto con nuestros sentimientos, y nos indican constantemente aquello que debemos seguir, aquello hacia lo que debemos dirigirnos. 
El primer paso para corregir nuestro camino consiste en empezar a pensar firmemente en que estos sueños forman parte de nuestro “destino”, es decir, de nuestro objetivo vital y por tanto, son algo que vamos a conseguir sin ninguna duda. 
Hemos hablado mucho del poder de los pensamientos  y de que estos nos ayudan a crear nuestro presente. 
También hemos comentado que los sentimientos nos indican si estamos o no en el camino que nos permitirá alcanzar los objetivos que nos trazamos antes de venir a este mundo. 
Si unimos a estas dos herramientas la guía que nos ofrecen nuestros sueños, no lo podemos tener más claro, blanco y en botella, leche.
Teniendo en cuenta lo expuesto hasta ahora, para conseguir nuestros sueños, debemos pensar en ellos y desarrollarlos, es decir, pensar que cosas haremos cuando los hayamos alcanzado, como nos sentiremos, que sentiremos, etc. 
Este ejercicio consigue que sintamos lo mismo que sentiremos cuando los alcancemos, y estos sentimientos positivos, son los que, unidos a los pensamientos positivos, van a favorecer que nuestros sueños se hagan realidad. 
No hemos de permitir bajo ningún concepto que alrededor de nuestros sueños se “cuelen” pensamientos negativos, es decir, pensamientos de que no los podemos conseguir. 
Siempre, repito, siempre se pueden conseguir los sueños, mejor dicho, se deben conseguir, porque, de hecho, hemos venido a este mundo para alcanzarlos. 
Por otra parte, la consecución de nuestros sueños no solo es una meta que vamos a alcanzr, sino que indirectamente podrá formar parte, como un eslabón en una cadena, para que otros consigan los suyos, aunque no lo lleguemos a saber nunca, al igual que la consecución de los sueños de las personas que nos rodean y de aquellas que ni siquiera sabemos que existen, pueden favorecer la consecución de los nuestros. 
Los pensamientos unidos a la energía de los sentimientos, son los que organizan todo este mundo no, físico para que se haga realidad todo lo que hemos soñado, en nuestro mundo físico. 
Así que, a partir de ahora, dejemos de soñar como “podría” ser nuestra vida y empecemos a “vivir” nuestros sueños, primero mediante nuestro pensamiento y siendo constantes hasta que se hagan realidad en nuestra experiencia física. Es muy importante que nuestros sueños se rodeen de sentimientos, los mismos que sentiremos una vez que se hagan realidad. Ánimo y adelante.

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